Autoestima es la valoración, percepción o juicio positivo o negativo que una persona hace de sí misma en función de la evaluación de sus pensamientos, sentimientos y experiencias.
Está clara la importancia de gozar de una buena autoestima a muchos niveles, ya que ésta repercute en nuestro desarrollo general tanto con los demás como con nosotrxs mismxs.
Y en el ámbito de la sexualidad no iba a ser menos. De hecho, tiene un gran peso y se relaciona directamente con esa capacidad de seducir y gozar de ser seducidxs…
La seducción es una actitud con nosotrxs mismxs y con el otro e incluso con el mundo en general. Consiste en una serie de habilidades personales y recursos que tienen que ver la actitud que tenemos y con cómo nos comunicamos, con el mundo, con nosotrxs mismxs y con los demás.
En el contexto pareja, es un pilar fundamental que no sólo favorece el deseo y el encuentro sexual si no que repercute en el concepto que tenemos sobre nuestra persona y sobre la pareja, permitiéndonos sacar a relucir nuestras virtudes y cualidades igual que centrar la atención en las del otro y saber encontrarlas.
Por lo tanto, seducción y autoestima se retroalimentan mutuamente.
Para poder seducir y sentirnos cómodxs siendo seducidxs, primero de todo tenemos que ser conscientes de nuestros recursos y cualidades, sentirnos “capaces de” y “merecedores de” simultáneamente.
Una vez somos conscientes de ello, es interesante trabajar para desmontar mitos, inseguridades y miedos que nos limitan respecto cómo somos y lo que nos merecemos.
Hay personas que tienen una habilidad nata para seducir y otras que tienen que trabajar esa seducción, en cualquier caso, ésta se puede desarrollar abordando los siguientes aspectos:
- Mejorar nuestra autoestima y seguridad con nosotrxs mismxs
- Trabajar nuestras habilidades comunicativas (palabras, tono de voz, silencios…)
- Cuidar el lenguaje no verbal/corporal (miradas, gestos, postura corporal…)
Cada persona si trabaja estos aspectos, puede llegar a ser seductora con su propio estilo. Lo más importante de todo es entender que la seducción del otro parte de la autoseducción: es complicado llegar a gustar al otro si primero, no nos gustamos a nosotrxs mismxs.
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