Esta actitud se ha convertido en una epidemia del siglo XXI. Todos sabemos que quiere decir miedo al compromiso, significa miedo a avanzar en una relación de pareja, a dar pasos que producen cada vez más vínculos.
Primero de todo debemos saber cuándo es el momento de comprometerse y que significa, ya que a día de hoy queremos ir rápido y estamos planeando la convivencia pasado un mes de conocernos, y haber quedado un par de veces. Aquí no se diagnosticaría el miedo al compromiso, porque comenzar una relación no es un compromiso de por sí, ni tampoco es lógico pretender una unión cuando la relación aun esta verde y no conocemos a la persona, con sus virtudes y sus defectos.
Por otro lado, se debe dejar claro que no es obligatorio comprometerse, es decir, la sociedad está montada para tener pareja y para formar una familia pero eso no significa que estés obligada a hacerlo. Hay gente que sencillamente no quiere vivir en pareja o que tiene otras prioridades para decidir no avanzar en la relación, como el trabajo, su espacio personal, etc. Y lo tenemos que entender que esto también está bien y que no todo el mundo debe seguir el modelo tradicional. Pero lo más importante y esencial es que la persona que no quiero compromiso juegue limpio las reglas del juego, es decir, que lo avise y lo explique desde un inicio dejando que la otra persona escoja. En este caso, esta persona no estaría dentro del grupo de miedo al compromiso, sino simplemente estaría escogiendo un modelo diferente de vida.
Ahora bien, el miedo al compromiso existe, por personas que se quedan en la fase del enamoramiento, que son incapaces de entrar en la siguiente etapa, que es la fase del amor. Hay personas que se enamoran de enamorarse, más que de las personas que las enamora, es un estado típico de adolescencia. Solo los que pasan del enamoramiento al amor son los que pueden arriesgarse a comprometerse, y eso pasa cuando se llega a la madurez emocional. Lo que pasa hoy en día es que la adolescencia comienza a los 9 años y dura hasta los 35. Por lo tanto este miedo tiene mucho que ver con el alargamiento de la adolescencia, más de lo que le corresponde.
Además es muy importante saber unir la emoción con la realidad, aprender a racionalizar las emociones sabiendo unir la cabeza con el corazón. Tenemos que ser realistas, ya que el amor se trata de eso, no simplemente de sentir y dejarse llevar.
El perfil de las personas que sufren este miedo al compromiso acostumbran a caracterizarse por un alto atractivo físico, junto con un “don de gentes”, con gran capacidad conquistadora y con la necesidad de tener una relación estable para cubrir su carencia afectiva. Paradójicamente, cuando lo han conseguido lo que se supone que iban buscando, la miedo y las dudas comienzan a aparecer creando así situaciones de confusión que ni ellas mismas entienden y mucho menos sus parejas.
Tenemos que decir que es posible tratarlo, como cualquier otro miedo. Lo único que para que el proceso tenga éxito, la persona que lo sufra lo debe reconocer y querer cambiar.