En la actualidad se han producido una serie de cambios sociales que han dado lugar a la aparición, cada vez mayor, de nuevas formas de familia, entre ellas, la familia reconstituida. Esta se define como una familia formada por dos adultos en el que uno o ambos miembros aporta hijos o hijas de una relación anterior.
Antes de nada, debemos tener en cuenta que los componentes de estas familias ya llevan una carga de pérdida implícita, por lo tanto, han tenido que pasar por un proceso emocional. Actualmente está en continuo crecimiento el número de familias reconstituidas en España, el cual ha aumentado del 3,8% en 2001 al 6,2% en 2011.
Aunque de entrada nos parezca que la mayoría de aspectos relacionados con estas familias traigan más problemas que beneficios, es cierto que uno de los beneficios es la flexibilidad, creatividad y tolerancia que hacen de esta familia un lugar rico de intercambio y experimentación de nuevas maneras de relacionarse. Al experimentar que las relaciones no son eternas ni ideales, les da una actitud más tolerante ante la vida.
No obstante, como en todo, las familias reconstituidas tienen dificultades típicas que se describen a continuación:
– Intromisión de la ex parella
– Suelen utilizar a los niños como fuente de información y manipulación
– La familia externa
– Los cambios estructurales
Es importante que antes de convivir se tenga la seguridad de que la relación de pareja tiene perspectiva de futuro. Para hacerlo, se podría esperar un tiempo prudencial para comprobarlo.
Por otro lado, hemos de ser conscientes y aceptar que este proceso requiere tiempo. Una de las maneras para evitar empeorar el proceso es crear costumbres, celebraciones y tradiciones nuevas que fomenten la identidad y la cohesión de la nueva familia, así como trabajar mucho la expresión emocional, la comunicación y el apoyo.
La pareja del padre o madre ha de tener un rol más de amigo que dedicarse a imponer disciplina. Una manera de conseguir esto es ir acercándonos de una forma inicialmente más verbal que física. Es decir, el efecto verbal y la creación del vínculo han de ir antes que el contacto. Esto es debido a que los niños no admiten autoridad de un adulto hasta que éste no se ha ganado su confianza y respeto.
A continuación, exploramos un conjunto de retos que se han de superar dentro de las familias reconstituidas:
– Buscar un lugar como vivienda y gestión económica. En este caso es importante buscar un nuevo lugar en el caso de que los dos miembros de la pareja tengan hijos y moverse donde están los hijos en caso de que solo uno de ellos tenga.
– Dejar claros los roles de cada miembro de la pareja
– Tener claro el calendario
– Tener establecidas las pautas de educación familiar
Por último, quiero destacar que la parte más complicada en estos casos son los adolescentes de entre 10 y 14 años, ya que los niños menores a la edad mencionada son pequeños y no acaban de darse cuenta de la situación, mientras que los más grandes ya hacen su vida.
Por otro lado, la dedicación a la pareja durante el proceso se convierte en un ingrediente que facilita la adaptación, ya que si no es así desde el inicio de la convivencia es posible que surjan futuros problemas.