Desesperación, rabia, angustia, frustración, tristeza y miedo son sentimientos que surgen cuando se descubre la infidelidad de la pareja. Se rompe el mundo, se hace añicos bajo tus pies.
A pesar de que la monogamia sea cuestionada a día de hoy por muchos, y que cada vez sean más las parejas que optan por relaciones abiertas, el mayor porcentaje de parejas a día de hoy sigue un “modelo tradicional” en el que la INFIDELIDAD es considerada como la mayor amenaza, la peor crisis, el mayor reto para poder mantener la pareja.
Pero, ¿Qué es infidelidad y que no lo es? ¿Cuáles son las reglas de relación de cada pareja?
¿Ver porno, estar en un chat subido de tono? ¿Unos besos con alguien en el trabajo? ¿Solamente si hay sexo?
No existe una respuesta universal. Raramente las parejas se sientan a hablar de lo que entienden por infidelidad, de la importancia que tiene para cada uno de ellos (Se da por supuesta la exclusividad, el pensar que soy la única o el único y que, si estamos bien, no hay motivo para buscar fuera). Quizás no sea todo tan sencillo.
Los valores personales, la familia y nuestro entorno nos condicionan por lo que definimos como Infidelidad. Pero básicamente la consideramos como la ruptura de la promesa de la Fidelidad, un acto de transgresión, una mentira que puede romper de golpe años de relación y compromiso.
¿Por qué duele tanto?
– Porqué rompe con la idea romántica de relación, de exclusividad. Sentimos quizás que no somos suficiente para la otra persona o que no nos respeta ya que ha sido capaz de engañarnos.
– Porqué daña la autoestima. Algunas personas se “autoimponen” la responsabilidad de lo ocurrido. Buscan en ellas defectos o errores que expliquen o justifiquen el comportamiento de la otra persona. Se dicen “No soy suficiente”, “No soy suficientemente bueno/a”.
– Porqué siembra la semilla de la desconfianza. Se rompió el “gran pacto”. Esto genera una escalada de dudas, de dudar de todo. Generalizar el problema: Pensar en que si me engañó con esto, puede engañarme con todo lo otro.
Aspectos que dificultan continuar con la relación:
– Que la infidelidad se cometa con una persona del entorno. Si el engaño es con alguien de nuestro propio entorno (una amistad o un familiar nuestro) vamos a vivir doblemente el engaño.
– Que se trate de una aventura de tiempo. Si una aventura de nuestra pareja se ha venido dando durante años, recuperar la confianza no es posible.
– Que la infidelidad ponga de relieve las necesidades no cubiertas de la relación. Que a partir de este momento, nos demos cuenta de que nuestra relación no era satisfactoria y en el fondo, la infidelidad era un síntoma de ello.
– Las opiniones de los demás. El juicio externo que sigue considerando este tema como un tabú y como una situación irreversible. El mensaje que se recibe muchas veces es: “si te engañó, lo volverá a hacer, no te merece, no puedes seguir con la relación”.
¿Qué otras cosas no nos ayudan?
– Negar la situación. Hacer como que no ha pasado nada.
– Hurgar en detalles. Saber cuándo, dónde, cómo.
A pesar de todas las dificultades expuestas, son muchas las parejas que deciden y consiguen seguir adelante e incluso mejorar su relación después de un episodio de infidelidad.
¿Qué podemos hacer si queremos solucionarlo?
Habitualmente hablamos de tres bloques básicos a trabajar:
1- Conocer los motivos. Las necesidades de pareja o personales que llevaron a esta situación para poder mejorarlas.
2- Sentir, empatizar el/la uno/a con el/la otro/a ya sea con los sentimientos de culpa de quien fue infiel como del daño causado a la otra persona.
3- Empezar una nueva etapa de relación con nuevas estrategias para la pareja.
La terapia de pareja en estos casos nos ayuda a trabajar en estos objetivos, a detectar áreas de mejora y en el proceso de “reconstruir” una nueva etapa de relación.