En consulta, son muchas las parejas que acuden a nosotrxs para trabajar su sexualidad e intimidad.
Suele ser de las demandas más habituales en Terapia de Parejas, y muchas veces, diferencias particulares al margen, hay un denominador común: falla la seducción.
La primera alarma salta cuando una pareja, siente que la frecuencia de sus relaciones sexuales no es la deseada, ya sea porque se dan muy poco, o directamente, porque no se tienen encuentros eróticos.
Esta es la punta del iceberg que fácilmente se ve y aprecia a simple vista.
El problema es que, cuando empiezas a rascar, te das cuenta que debajo de esa punta que asoma, hay un gran “bloque de hielo”, el cuál, se traduce frecuentemente en una falta de seducción en la que el rol de pareja brilla por su ausencia.
En cambio los roles de papás/mamás, de compañerxs de piso, de trabajadorxs en el ámbito profesional y laboral, son los que predominan comiéndose al que precisamente, es el motor de ese deseo de intimidad.
Cuando ya entramos más profundamente a cómo se seducen o cómo se sedujeron en su día, tampoco hay mucha más información ni demasiada idea de ello, y mucho menos de cómo arrancar de nuevo, que al final es lo que se desea y debemos trabajar.
Tal y como anunciamos en el título de este artículo, vamos a resumir cuáles son las dos vías principales, las cuales esconden múltiples formas, de seducir en nuestras relaciones de pareja:
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1. Demostrando amor:
Esta vía de seducción está basada en la CONQUISTA AMOROSA hacia el otro. Tiene que ver con todos aquellos actos/acciones, detalles, que generamos y tenemos con nuestra pareja para demostrarle que le queremos, que nos importa, que nos acordamos de aspectos importantes de la relación, que los tenemos en cuenta, que le cuidamos, que le sorprendemos con detalles, no dando por hecho muchas cosas sencillamente porque llevamos ya un tiempo juntxs, si no, dándole el valor suficiente para seguir demostrando que cuidamos la relación.
2. Demostrando deseo:
Esta vía está basada en la ATRACCIÓN SEXUAL. Todo aquello que hacemos para demostrar a nuestra pareja que nos gusta, que nos atrae, que le vemos como unx amante, como alguien deseable y deseadx por nosotrxs.
Desde diversas formas de flirteo, de juego, de coqueteo, hasta propiciar citas y encuentros “de novios” con la pareja, llevemos el tiempo que llevemos. Dónde ponerse guapxs, arreglarse, quedar en algún restaurante, hacer un plan que a ambxs os guste, no hablar de trabajo ni de hijxs, si no, centrar aquellas conversaciones exclusivamente a ser dos amantes.
Ambas demostraciones son necesarias para nutrir y alimentar la intimidad de la pareja. Y ésta es un lazo directo a la sexualidad y encuentros eróticos. Si una se da, pero la otra no, muy probablemente, por parte de uno de los miembros de la relación o por ambos, se va a sentir que algo falla como pareja.
Ambas se pueden trabajar, y ambas son complementarias.
¿Qué opinas, se dan en tu relación?
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