Cuando llega el verano lo primero que pensamos es que las dificultades del año se van a resolver, esto lo veo sobre todo en el terreno del amor y la sexualidad. Una pareja que pasa por conflictos o por distanciamiento sexual cree que las vacaciones y el verano lo van a resolver todo.
El calor, las vacaciones, el buen ambiente, etc. Hacen que nos generemos unas expectativas demasiado elevadas de lo que va a ocurrir durante la época del verano.
Cuando me preguntan si el verano ayuda o complica las relaciones y la sexualidad siempre respondo que no hace ni una cosa ni la otra, simplemente pone sobre la mesa la situación que ya había antes, es decir, nos hace más conscientes de lo que está ocurriendo porque ya no lo podemos tapar con la rutina, los hijos, las obligaciones, etc.
Por tanto, sea verano o no lo sea, el trabajo hacia la pareja y el vínculo íntimo debe ser el mismo, por supuesto normalmente hay más tiempo libre y quizás podemos hacer mayor esfuerzo para ello, pero no hacer un cambio radical y que todo lo que nos generaba malestar desaparezca.
Si sientes que tu conflicto está en la relación, el primer paso es identificar si la causa es el distanciamiento o hay un malestar no resuelto. Si hay más frialdad lo que te recomiendo es trabajar la parte de las gratificaciones en pareja, es decir, pasar más tiempo juntos, hacer ocio divertido, sorprender con pequeños detalles, tener momentos de afecto y acercamiento, fomentar las conversaciones íntimas y emocionales para conectar de nuevo, etc. En cambio, si la causa es un conflicto lo mejor es primer profundizar y entender qué está fallando, saber cómo se siente la otra persona y expresar cómo lo vives tú, si hay estas explicaciones el siguiente paso es valorar si ambos lo queréis resolver o no porque esto marcará el camino, si hay deseo de mejora es buscar las herramientas para gestionarlo conjuntamente, pero si no hay esa predisposición de lucha quizás es mejor dejar un tiempo de reflexión o tomar una decisión de ruptura.
Si, por el contrario, lo que crees es que el área afectada de la pareja es la sexualidad, el verano es la mejor época para trabajarla. Por supuesto no debes esperar fuegos artificiales de repente, pero quizás sí una reconexión y disfrute de nuevo. Con ello, lo que intento transmitir es que lo importante no es la cantidad ni las prácticas que se llevan a cabo, lo fundamental es que haya habido conexión y placer por ambas partes. Por ende, lo que debes trabajar son los momentos de intimidad que fomenten los encuentros sexuales, los espacios románticos y el sexo más relajado, de disfrute y sin esas prisas y cansancio de la rutina.
Muchas veces nos olvidamos de un factor importante en la pareja, el echarse de menos, en ocasiones la mejor forma de trabajar en la relación es respirar, poder reflexionar y echar en falta al otro para conectar con las emociones y sensaciones que te provoca la pareja. Con ello, lo que quiero decir es que quizás el verano también es una buena época para pasar tiempo separados, para poder encontrarse primero con uno mismo y así luego conectar mejor con el otro. Un viaje a solas o con amistades podría ser un buen camino para trabajar indirectamente en la relación.
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Fuente: La Alcoba – La Vanguardia (Núria Jorba)